Borderlands 4 llegó con un rugido de entusiasmo, prometiendo crear algo nuevo y emocionante sobre los caóticos cimientos establecidos por sus predecesores. Para muchos, ha cumplido en el aspecto jugable, ofreciendo un universo vibrante y ampliado, una narrativa convincente que ha eclipsado la criticada historia de Borderlands 3 y una refrescante variedad de nuevos buscacámaras y armas que se han convertido rápidamente en las favoritas de los fans. La jugabilidad de las armas es más sólida, los árboles de habilidades ofrecen opciones más significativas y el diseño del mundo es posiblemente el más ingenioso y visualmente impactante de la serie hasta la fecha. Las primeras críticas elogiaron sus mejoras y, durante unas semanas gloriosas, parecía que Gearbox había encontrado oro una vez más.
Sin embargo, bajo la pulida fachada plagada de botín demencial y diálogos hilarantes, empezó a aflorar una herida supurante: el rendimiento. Semanas después de su esperadísimo lanzamiento, Borderlands 4 sigue plagado de atroces problemas técnicos, sobre todo en PC. Las caídas de la velocidad de fotogramas son habituales, sobre todo en los tiroteos intensos o en las zonas gráficamente densas, convirtiendo lo que debería ser una experiencia fluida y visceral en un caos de tartamudeos. La optimización parece ser un concepto ajeno a la versión actual, e incluso los sistemas de gama alta tienen problemas para mantener una tasa de imágenes por segundo constante. Los tiempos de carga son insoportablemente largos, rompiendo la inmersión y la paciencia. Los constantes cuelgues, sobre todo en las sesiones cooperativas, se han convertido en un elemento frustrante para muchos jugadores, que pierden sus progresos y destrozan sus sesiones de juego.
La comunidad, al principio paciente y comprensiva, está cada vez más desilusionada. Lo que empezó como un goteo de quejas se ha convertido en un diluvio, con foros y plataformas de redes sociales desbordados de peticiones de soluciones y expresiones de decepción. El golpe más duro, sin embargo, ha sido la actitud de los desarrolladores. En lugar de reconocer los problemas generalizados con transparencia y una hoja de ruta clara para la mejora, la comunicación ha sido escasa y, a veces, incluso desdeñosa. Se tiene la sensación de que se está restando importancia a los problemas o de que se está eludiendo la responsabilidad, una postura que, comprensiblemente, ha enfurecido a una fiel base de fans acostumbrada al enfoque normalmente jovial y centrado en la comunidad de Gearbox.
Esta actitud desdeñosa es quizá el paso en falso más significativo. En una época en la que la interacción entre los desarrolladores y la comunidad es primordial, sobre todo en los títulos con servicios en directo, ignorar o minimizar las preocupaciones legítimas es una receta para el desastre. Borderlands 4 es, en muchos sentidos, un juego superior a Borderlands 3. Refina la fórmula, adopta una actitud más atrevida y se centra más en la comunidad. Perfecciona la fórmula, da nuevos y audaces pasos y ofrece una experiencia increíblemente atractiva cuando funciona. Pero los problemas técnicos sin resolver, unidos a la indiferencia percibida por parte de los desarrolladores, han proyectado una larga y oscura sombra sobre lo que debería haber sido un regreso triunfal de la querida franquicia. Hasta que estos problemas fundamentales de rendimiento no se aborden con la seriedad que merecen, Borderlands 4 seguirá siendo una experiencia agridulce: un juego fantástico atrapado en un caparazón frustrantemente poco optimizado. Utiliza nuestro comparador de precios para encontrar los mejores precios de Borderlands 4.
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