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El legendario juego de mazmorras de fantasía épica regresa con Diablo IV, sumergiendo de nuevo a los jugadores en el oscuro y peligroso mundo de Santuario, una tierra al borde de la aniquilación. Una nueva era de oscuridad llega cuando Lilith, la Hija del Odio e hija de Mefisto, emerge del exilio con la intención de inundar el mundo de caos, sangre y terror. Su regreso anuncia una amenaza sin precedentes, y sólo los héroes más valientes pueden resistirla.
Elige a tu campeón entre cuatro clases icónicas, cada una con poderes y estilos de juego distintos. El bárbaro es un maestro de la fuerza bruta y el combate físico, capaz de blandir enormes armas, desatar devastadores ataques que sacuden el suelo y absorber increíbles cantidades de daño. Los bárbaros destacan en el fragor de la batalla, acaparando la atención con su fuerza bruta y su incomparable resistencia.
La Hechicera canaliza la magia elemental para diezmar a sus enemigos. Maneja el fuego, la escarcha y el rayo a su antojo, permitiendo a los jugadores controlar el campo de batalla con hechizos que pueden abrasar, congelar o electrocutar a grupos enteros de enemigos. Su arsenal incluye tanto destructivos ataques a distancia como poderosas habilidades de área de efecto, lo que la convierte en una elección versátil y estratégica para aquellos que prefieren el dominio mágico.
El druida encarna el poder de la naturaleza y la transformación. Esta clase metamorfa puede adoptar la forma de temibles bestias como lobos u osos, invocar fuerzas elementales para causar estragos e invocar tormentas o terremotos para desbaratar a sus enemigos. Los druidas son muy adaptables, capaces de alternar entre el combate cuerpo a cuerpo, los ataques elementales a distancia y la invocación de aliados para cambiar las tornas de la batalla.
El pícaro es el maestro definitivo del sigilo, la precisión y la agilidad. Combinando el combate a distancia y cuerpo a cuerpo, los pícaros pueden golpear con rapidez, esquivar ataques y manipular el campo de batalla con trampas, veneno y magia de las sombras. Los jugadores que prefieran las tácticas astutas y los movimientos rápidos como el rayo encontrarán que el estilo de juego fluido de los pícaros es perfecto para explotar las debilidades del enemigo y orquestar combos mortales.
Diablo IV introduce innovadores tipos de atributos que añaden profundidad y estrategia a la progresión de los personajes. Los jugadores pueden mejorar sus habilidades, resistencias y tácticas de combate equilibrando cuidadosamente estos atributos. Equipa y personaliza el equipo con runas mágicas para mejorar las capacidades ofensivas y defensivas, adaptando tu héroe a tu estilo de juego personal. Armas legendarias, poderosos artefactos y raros tesoros aguardan a aquellos que se atrevan a explorar.
Santuario nunca ha sido tan vasto e inmersivo. Experimenta un mundo abierto sin fisuras que abarca regiones diversas y traicioneras: las brumosas costas y los antiguos bosques de Scosglen, los imponentes picos y las gélidas cavernas de los Picos Fracturados, las abrasadoras arenas de las Estepas Secas, los fétidos pantanos de Hawezar, las devastadas ruinas de Kehjistan, e incluso las pesadillescas profundidades del mismísimo Infierno. Enfréntate a eventos dinámicos, descubre mazmorras ocultas y enfréntate a enemigos monstruosos en cada esquina.
Para los audaces, el peligro va más allá de los monstruos. En los Campos del Odio, desafía a otros jugadores en intensos combates PvP, compitiendo por la gloria, el botín y la supremacía. Desde hordas de muertos vivientes y cultistas voraces hasta hombres lobo salvajes y entidades demoníacas, el mundo de Diablo IV ofrece desafíos implacables para todos los aventureros.
¿Estás preparado para enfrentarte a la oscuridad y forjar tu leyenda en una tierra invadida por el mal? Entra en Diablo IV... si te atreves.