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Marfusha es un juego de disparos en 2D y de defensa de torres que te sitúa en un mundo distópico en el que sólo tienes una tarea: defender las puertas de una horda de robots. Juegas como una chica normal y corriente llamada Marfusha, que ha sido sacada de su panadería y reclutada para luchar en defensa de la ciudad. No dejes que el bonito estilo artístico del anime te engañe: Marfusha cuenta con una ambientación oscura que no rehúye la realidad de la guerra y el sufrimiento al que se enfrenta la gente corriente bajo un gobierno corrupto.
Cada día debes defender las puertas de la ciudad de las oleadas de robots que vienen a atacar. Si tienes éxito, serás recompensado con un salario que dependerá de la salud restante de la puerta. Para ayudarte, puedes utilizar cartas que te permiten elegir un arma, un compañero y un potenciador. Tu arsenal va desde ametralladoras de la época de la Segunda Guerra Mundial hasta armas de ciencia ficción. También puedes elegir a una de las ocho chicas que te acompañarán en la defensa de la puerta. Cada una tiene su propia especialidad y un arma única. Entre los turnos, puedes hablar con ellas en los dormitorios para conocer sus historias y formar mejores relaciones.
Es crucial trazar una estrategia para defender la puerta de modo que esté en el mejor estado posible al final del combate. Si dejas que se reduzca demasiado, te encontrarás rápidamente con muy poco dinero (después de impuestos y seguros) para pagar las mejoras, lo que hará que tu trabajo sea aún más difícil de cara al futuro. No es una distopía si no vives en la miseria.
Marfusha cuenta con diez finales diferentes en función de tu rendimiento y de tu acompañante. También hay un modo desafío en el que tú y otro jugador podéis defenderos de interminables oleadas de enemigos para conseguir un puesto en la tabla de clasificación. Además de ser un juego que cuenta con lindas chicas de estilo anime, Marfusha te ofrece acción y una historia emotiva sobre las crueldades de la guerra cuando los ciudadanos son tratados como herramientas desechables.
Marfusha
Marfusha es un juego de disparos en 2D y de defensa de torres que te sitúa en un mundo distópico en el que sólo tienes una tarea: defender las puertas de una horda de robots. Juegas como una chica normal y corriente llamada Marfusha, que ha sido sacada de su panadería y reclutada para luchar en defensa de la ciudad. No dejes que el bonito estilo artístico del anime te engañe: Marfusha cuenta con una ambientación oscura que no rehúye la realidad de la guerra y el sufrimiento al que se enfrenta la gente corriente bajo un gobierno corrupto.
Cada día debes defender las puertas de la ciudad de las oleadas de robots que vienen a atacar. Si tienes éxito, serás recompensado con un salario que dependerá de la salud restante de la puerta. Para ayudarte, puedes utilizar cartas que te permiten elegir un arma, un compañero y un potenciador. Tu arsenal va desde ametralladoras de la época de la Segunda Guerra Mundial hasta armas de ciencia ficción. También puedes elegir a una de las ocho chicas que te acompañarán en la defensa de la puerta. Cada una tiene su propia especialidad y un arma única. Entre los turnos, puedes hablar con ellas en los dormitorios para conocer sus historias y formar mejores relaciones.
Es crucial trazar una estrategia para defender la puerta de modo que esté en el mejor estado posible al final del combate. Si dejas que se reduzca demasiado, te encontrarás rápidamente con muy poco dinero (después de impuestos y seguros) para pagar las mejoras, lo que hará que tu trabajo sea aún más difícil de cara al futuro. No es una distopía si no vives en la miseria.
Marfusha cuenta con diez finales diferentes en función de tu rendimiento y de tu acompañante. También hay un modo desafío en el que tú y otro jugador podéis defenderos de interminables oleadas de enemigos para conseguir un puesto en la tabla de clasificación. Además de ser un juego que cuenta con lindas chicas de estilo anime, Marfusha te ofrece acción y una historia emotiva sobre las crueldades de la guerra cuando los ciudadanos son tratados como herramientas desechables.
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