No, I'm Not a Human es un juego de terror psicológico en primera persona que atrapa a los jugadores en una asfixiante red de paranoia, elección y supervivencia. Combinando la narración de una novela visual con elementos de simulación, transforma una premisa sencilla -decidir a quién dejar entrar en tu casa- en una escalofriante prueba de instinto y deducción. Ambientado en un mundo postapocalíptico asolado por la letal luz del sol, esta joya indie se nutre de una atmósfera inquietante, unos efectos visuales de inspiración retro y una jugabilidad aleatoria que te hace cuestionarte cada decisión.
En un futuro desolado y abrasado por el sol, la humanidad se esconde durante el día y sólo sale por la noche para escapar del calor mortal. Eres un superviviente solitario en una casa destartalada, perseguido por emisiones de radio que advierten de la presencia de ''Visitantes'', entidades monstruosas que se hacen pasar por humanos para infiltrarse y matar. Cada noche, unos extraños llaman a la puerta pidiendo refugio. Algunos son humanos desesperados; otros, depredadores con rostros humanos. La ambientación del juego, con su estética postsoviética y detalles espeluznantes como un gato errante en 3D, crea un ambiente claustrofóbico en el que cada elección parece una apuesta por tu vida.
La mecánica central del juego es un tenso ciclo de noche y día. Por la noche, decides si abres la puerta, rechazas a los extraños o los eliminas. Si dejas entrar a demasiados, corres el riesgo de que se cuele un Visitante; el aislamiento conduce a un destino sombrío. Durante el día, interrogas a los huéspedes, gastando tus limitados puntos de energía para buscar ''señales de Visitante'' reveladas a través de transmisiones, como dientes impecables o comportamiento errático. Si detectas una señal, tu escopeta se disparará automáticamente; aprieta el gatillo o escucha sus súplicas, sabiendo que los humanos pueden fallar las comprobaciones debido a sus peculiaridades. Las identidades aleatorias garantizan que ninguna partida sea segura, lo que aumenta la rejugabilidad a través de múltiples finales.
Sin sustos, No, I'm Not a Human infunde pavor a través de rostros distorsionados por la atmósfera, diálogos extraños y una banda sonora inquietante. Su deducción tipo Papers, Please y el horror de identidad inspirado en They Live convierten cada interacción en un rompecabezas psicológico. Desde cultistas hasta madres afligidas, las historias de los visitantes entretejen tragedia y sospecha, insinuando una historia más profunda. Esta breve experiencia, de 2 a 4 horas de duración, persiste y te hace preguntarte: ¿Quién es humano? ¿En quién puede confiar? Utilice nuestro comparador de precios para encontrar los mejores precios de No, I'm Not a Human.
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